Kuala Lumpur. La ciudad cambiante.
- mlechuga
- 7 may 2019
- 3 Min. de lectura

Kuala Lumpur, capital de Malasia, principal ciudad de ese país inmerso en un desenfrenado ritmo de crecimiento. País con unos recursos naturales en los que se apoya su economía (petroleo y aceite de palma). Y con un sector de servicios creciendo a pasos agigantados. El turismo es otro de los pies en los que se apoya el desarrollo de este estado que ocupa la península malaya y la parte norte de la isla de Borneo.
¡Cuanto ha cambiado KL desde mi primera visita hace ya varios lustros! Casi no la reconozco. Nuevos edificios que se levantan aquí y allá van transformando el "skyline de la ciudad". Esas viejas y feas casas de un piso en cuyos bajos: talleres de motos, comercios familiares y restaurantes han transmutado en nuevos "condominios" que delatan el mayor bienestar y nivel de vida alcanzado por su población.
Todo esto es bueno, claro que sí, ¿pero a costa de qué?, ¿cuál es el precio a pagar por el desarrollo? Nosotros, simples visitantes de paso, observadores de la vida cotidiana de sus gentes lo sabemos. Lo hemos vivido en nuestros países de origen. El progreso devora la tradición, lo exótico y lo autentico. La vida en la que falta tiempo, tiempo que es el precio a pagar por ser personas ricas. Porque el dinero es tiempo, el coche que tienes es tiempo, tu casa, tu motocicleta, todos los servicios de los que disfrutas son tiempo. Tiempo que te falta para vivir.
En mi viajar por el mundo vi gente que sólo tenía tiempo, gente miserable, puede ser, pero gente rica en tiempo. Que mira la vida, la respira: inspira y espira cada momento de su existencia. Y no son vidas fáciles, máxime cuando no las elegiste. Kuala Lumpur se ha convertido en una ciudad apresurada, precipitada, en una mala copia de la terrible Singapur. Aún así merece la pena una visita.

Otro lado más oscuro de esta capital, visita obligada de todo viajero que se desplaza al sudeste asiático, queda oculta a los ojos. Debemos de ser observadores para darnos cuenta de algo. Como ocurre en su vecina Singapur y en otras ciudades de oriente, hay unas gentes que son las máximas responsables de este crecimiento, de este enriquecimiento vertiginoso: La mano de obra ilegal: ciudadanos llegados del subcontinente indio, ellos. Chicos sobre todo de Bangladesh. De Birmania son ellas. Sólo observa en cualquier bar, esas bonitas mujeres: camareras de ojos rasgados y tez más oscura no son malayas. Y los chicos no son de la minoría india que llego con los ingleses y sus plantaciones de caucho. Todos estos inmigrantes son ilegales y sin ningún derecho. Y son una de las patas de esta mesa que es la economía de Malasia.
Viajar a Kuala Lumpur
Viajar a la capital de Malasia desde Europa y más concretamente desde España es sumamente fácil. Desde Barcelona o Madrid hay vuelos de Qatar Airways o Emirates que con un solo transbordo te dejaran en 14/17 horas en el aeropuerto KLIA. Los vuelos desde otras capitales del sudeste asiático son sumamente baratos a bordo de aviones de Air Asia u otra "low cost".
Una vez en el aeropuerto KLIA, el llegar al centro de la ciudad no supone un gran problema. Puedes coger un taxi pagado previamente en el mostrador situado en las llegadas. Tienes dos trenes que circulan hasta la media noche y que te dejarán en la estación central, Sentral, desde donde parten todos los cercanias, metro y junto a la parada de monorail. O puedes coger el servicio de autobús que diferentes empresas ofrecen a precios irrisorios y que en algo más de una hora te dejara en la "sentral" o en la estación de autobuses. Si llegas a partir de la 1:30am el taxi será tu único recurso.
Una vez en la ciudad, el monorail te llevará a lo largo y ancho del "triangulo dorado", zona comercial, de ocio y restauración de la ciudad. Te recomiendo hospedarte en el barrio bullicioso y turístico de Bukit Bintang, allí tendrás a tiro de piedra la famosa calle de Jalan Alor y sus terrazas, donde disfrutar de la sabrosa gastronomía local. Bares, restaurantes, clubes y salones de masaje, los tendrás aquí y allá con solo andar unos metros. Y el peculiar monorail te llevará de un sitio a otro, hasta Petaling Street y su famoso mercadillo en Chinatown o hasta las famosas Torres Petronas. También a la torre de comunicaciones Menara. Podrás visitar "Little India" y su bulliciosa vida comercial que despierta cada mañana o ir a la gran mezquita. Para visitar las conocidas Batu Cabes desde la "Sentral" coge el tranvía y prepárate a subir escaleras.
No es Kuala Lumpur ciudad para pasar mucho tiempo en ella. Sus atractivos turísticos son limitados, pero merece la pena dejarnos llevar por su ritmo desenfrenado durante unos días. La próxima vez que volvamos será otra ciudad.
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