En algún lugar del sur de Asia.
- mlechuga
- 26 oct 2018
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 6 nov 2018

Podría ser cualquier calle en una ciudad del sur de Asia. Ollas de barro sobre fogones de ardientes brasas. La chispas alumbran la noche mientras el cocinero las va destapando y tapando alternativamente, como una danza que no parará en horas hasta el fin de la jornada. Es temporada baja, pocos turistas y poco trabajo. Me acerco y pido una de "esas", ni siquiera se que es, pero huele bien. Una "Tiger" bien fría en una pequeña silla de plástico. Oler, ver y mirar.... la mente deja de parlotear. El murmullo indescifrable de las gentes suena como un mantra tranquilizante que invita al relax. Pasa un vendedor ambulante, entre baratijas y paquetes de tabaco veo un pequeño libro que atrae mi atención. Su portada deteriorada nos habla del budismo. Comienza el regateo, unas pocas monedas de menos y ya es mío. Miró a la mesa de al lado y veo lo que contienen las cazuelas, una suerte de arroz caldoso humeante. Creo que no erré en la elección. La botella de 600ml de Tiger ofrece sus últimos estertores. Bebo un amargo sorbo de cerveza ya recalentada y pido otra más. Entre sorbos y miradas llega la ansiada comida dentro de su recipiente de barro. La sirvo con cucharón de madera. No está mal, olía mejor que sabe, pero no es cosa de ser quisquilloso, el hambre ya aprieta a esa horas de la tarde, casi de noche. Doy cuenta de dos platos del mejunje y tras pagar la cuenta decido levantarme y vagar por los alrededores. Un trovador callejero se detiene frente a las mesa. Mejor esperar. Individuo escuálido de ropas descuidadas y cabellos oscuros y enmarañados. Armado con su guitarra y una ronca voz comienza su repertorio con "Have you ever seen the rain?" de Creedence Clearwater Revival , canción inspirada en la guerra de Vietnam. Realmente canta bien. Merece la pena esperar un rato más y escuchar que nos ofrece. Le da un toque folk y personal a todas las canciones que interpreta. Otra cerveza más, ya van tres, todo parece si cabe más mágico con la llegada de la noche. Los chisporroteos de los woks iluminan las sombras que se dejan caer sobre este humilde rincón de la ciudad...
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