Bangkok
- mlechuga
- 31 oct 2018
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 6 nov 2018
1. La ciudad del pecado (y la redención)

Cuando pensamos en Bangkok, quizás, lo primero que se nos viene a la cabeza serán hordas de prostitutas, ladyboys y los famosos salones de masajes con final feliz. Cierto es que esto es parte, y no poco importante, de la vida y economía de la capital del antiguo reino de Siam. Pero no lo es todo. En realidad puedes visitar Bangkok y ni siquiera ser consciente de este lado más canalla y negro que tiene una de sus caras, ya que esta enorme urbe es mucho más. Lo es todo, el blanco y el negro, lo bueno y lo malo, lo tradicional y lo moderno. Será misión del viajero el descubrir cada uno de los matices de la personalidad de la capital de Tailandia.
Bangkok suele ser el "hub", la puerta de entrada de todo viajero que se desplaza al sudeste asiático. Hay vuelos desde la gran mayoría de grandes ciudades occidentales (e incluso desde alguna más modesta) y a precios muy baratos, máxime si se decide visitarla en temporada baja (marzo-mayo aproximadamente). En cuanto coges el avión te das cuenta de los distintos tipos de personas que viajan hacia este destino. Expatriados, migrantes de regreso, mochileros, turistas (entre ellos los sexuales), viajeros, novios en su luna de miel, jóvenes que van de desmadre a las islas del golfo, a Chiang mai o simplemente a Khao san road. Una mezcla bastante heterogénea. Y es que en la capital del reino de la eterna sonrisa hay sitio para todos.
Para el turista adulto en busca de emociones fuertes o del amor de pago existen tres barrios rojos o zonas de bares, auténticos supermercados de sexo. Hablamos de Nana plaza y Soi Cowboy, alrededor de la arteria que es Sukhumvit road y la infame Patpong situada en el barrio de Silom, la más antigua y pequeña de ellas.
Poco voy a contar que no sepáis de estos lugares. Freelancers, gogo girls, hookers, ladyboys y camareras atienden a la tropa de "farangs" que peinando canas visitan los atestados locales a tomar una cerveza y a algo más si la noche y la cartera lo posibilitan. No está de más echar un vistazo a alguna guía de las que hay en la red y evitar ,en lo posible, los famosos clubs de "ping pong show" que suelen ser una estafa. Por lo demás el negocio de la prostitución no deja de ser (aunque ilegal, pero permitido) parecido al que te encuentras en otros lugares del mundo. Quizás incluso algo menos peligroso. En fin, corramos un tupido velo sobre este tema y pasemos al siguiente.
Como decía Bangkok tiene muchas caras. Otra desde el punto de vista del turista, joven, de presupuesto limitado y en busca de fiesta que tiene su especial "sangrilá" en Khao san road y alrededores, donde hordas de jóvenes occidentales (junto con locales) viven la noche, se hospedan en "hostels" y hoteles de bajo coste y visitan bares, cervecerías y clubes hasta la hora de cierre o hasta que el alcohol lo permita. Poco he frecuentado esta zona y no es mi favorita, aunque siempre puedes comer allí un barato "pad thai" en un puesto callejero y hacerte dar un buen masaje de pies por unos pocos baths. Además en las inmediaciones hay algún punto turístico de interés como la estupa del "Golden Mountain". Tampoco pillan muy lejos los recintos del palacio real y el templo del Buda esmeralda. El mayor inconveniente de este área es el difícil acceso desde el resto de la ciudad. Allí no llega metro ni sky train.
Uno de mis barrios preferidos, por no decir el que más, es el "Chinatown". Qué decir de este lugar hervidero de gentes que como hormigas trabajan en mercadillos abarrotados de día y en puestos de comida en la noche. Puedes hospedarte en la tranquila zona de Bang rak y disfrutar de este paraíso gastronómico sin igual que discurre por Yaowarat road y calles aledañas. Un lugar imprescindible y de fácil acceso. Cerca de la estación de Huan Lamphong y de la rivera del río, desde donde se puede coger un bote hasta los complejos del palacio real y templos cercanos.
Chinatown es Asia en estado puro, en plena efervescencia. Imprescindible pasear por sus calles a la luz del día. Los aromas a especias orientales, sus gentes corriendo apresuradas de un lugar a otro, sus mercadillos de ventas al por mayor. Esa mezcla de modernidad y exotismo que parece transportarte a la futurista ciudad oriental donde transcurre "Blade Runner". Por la noche la magia de las sombras y la luz de los fogones de carbón o gas, el chisporroteo de los woks ardientes, el aroma a fritos y caldos, a marisco y carne braseada. Toda una experiencia para los sentidos que no te puedes perder.
Podemos encontrar la modernidad, los rascacielos, los grandes centros comerciales: Siam Paragon, Central World o MBK con tiendas de las más prestigiosas marcas en el barrio de Siam. Hoteles de lujo y todo aquello que podrías encontrar en cualquier ciudad occidental. Destacar el pequeño templo hindú de Erawan construido en el hotel del mismo nombre para terminar con el mal fario que acompañó a su construcción.
En resumen y aunque esta entrada solo fue una pequeña introducción a mi experiencia en una de mis ciudades favoritas, busques lo que busques lo encontrarás en esta metrópoli de las mil caras.
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